Una imagen dice más que mil palabras. Una fotografía cuenta
una historia, activa dentro del espectador una montaña rusa de sentimientos o
controla la batuta de una sinfonía emocional. Una fotografía debe defenderse
por sí misma. Cuando se logra hacer una buena foto no existen preguntas
externas. ¿Cómo lograrlo? Aquí se presentan algunas reglas que te pueden guiar
por el camino de la genialidad…
¿Qué estamos fotografiando? El elemento más importante debe
ser resaltado y obvio. Este elemento es llamado centro de atención. Después de
ubicar a nuestro centro lo siguiente es lograr que gire a su alrededor la demás
composición. Tal vez sea llamado centro, pero esa no es forzosamente su
posición. Tampoco debe abarcar el mayor espacio de la fotografía, el peso
visual debe ser equilibrado. Por el otro
lado también es posible rellenar el encuadre, es decir ocupar la parte más
grande de la foro con el centro de atención.
Si a la hora de oprimir el disparador albergas duda la regla
de los tercios es una excelente aliada:
Las imágenes se dividen en nueve cuadros; cuatro líneas, cuatro
intersecciones. Los rayos indican los puntos que más llaman la atención. Un
buen tip es acomodar los elementos más importantes aquí. O acaso no habías
notado que el robot de Star Wars R2D2 está gozando de una torta. Claro que el
centro es un punto fuerte pero no debemos abusar de él. La situación y el
tratamiento otorgados al centro de interés es lo más decisivo en la composición
fotográfica.
¡Ten cuidado con la competencia entre elementos! Algunas
veces muchos entes son importantes y eso puede desviar la atención del
espectador al lugar no deseado… inclusive los fondos son mañosos y acaparan la
atención maniáticamente. Lo preferible
es escoger lo interesante a nuestros ojos y sacar de foco a la competencia… no
siempre aplica el dicho “Si no puedes contra ello, únetele” ¿Qué podemos hacer con el fondo? Sácale
provecho, para resaltar utiliza fondos oscuros con sujetos claros o viceversa.
¿Más consejos para una composición bella e interesante? Los
ángulos de toma…contra picada y picada sirven para enaltecer o rebajar,
respectivamente. Estos ángulos son utilizados para conseguir una connotación en
la foto. Lo preferible a la hora de
tomar fotos es acomodarnos al nivel del objeto (sobre todo con personas) porque
de esta manera captamos su mundo, su visión y no lo nuestro. ¿A poco no es
mágico cuando la foto excede nuestras manos y ojos y plasma lo que sucede fuera
de nosotros? Aunque claro no descartemos la opción de conseguir un encuadre
original con una vista de pájaro, es decir elevado. Invirtamos los papeles y
que el suelo sea nuestro fondo:
La fotografía dialoga
en silencio con su espectador, guía su vista de un lado a otro. Sin embargo hay
veces en que el fotógrafo dirige la atención fuera de la foto y que un
espectador pase de largo nuestra obra “maestra” ¡no es de Dios! Así que
siguiente regla: la de dirección. Los ojos, las manos, los pies deben mirar
hacia donde hay más espacio. Capturemos la entrada y no la salida de elementos
a nuestra fotografía. Los ojos humanos leen las imágenes en “z”. La entrada es
por la esquina superior izquierda, la mirada se desplaza a la esquina superior
derecha, baja hasta la inferior izquierda y sale por la inferior derecha.
Sácale provecho a este hecho y acomoda los elementos de tal manera que obliguen
al espectador a observar la foto en el orden que deseamos.
Ahora ¿qué notamos en esta foto?
¿Acaso no sientes como tu mirada transita por un camino?
¿Cómo nuestros ojos son guiados por líneas? Las líneas dentro de una fotografía
son muy importantes porque de esta manera el espectador simplemente debe
dejarse llevar y apreciar. En mente
debemos tener el significado del tipo de líneas, chequemos el dato:
Rectas: aburridas, sobrias, concretas, seguras
Zigzag: agresivas, interesantes, rápidas, ingeniosas
·
· jnCurvas: femeninas, suaves, delicadas
Es tema arcaico y conocidísimo, el cielo y la tierra. El
cielo aquél paraíso desconocido, anhelo de religiosos y amantes y la tierra,
nuestra cuna mundana y bien amada. Pues bien, en Fotografía existe una regla
que concierne a estos dos famosos elementos: la regla de cielo y tierra, así de
simple para no rompernos tanto la cabeza. Ambos siempre deben existir pero
nunca en proporciones iguales. Imaginemos que nuestra foto la partimos en tercios
horizontales, así:
Dos tercios de cielo, uno de tierra o viceversa. Inclusive 2
1/5 de cualquiera de los dos pero recuerda ¡nunca mitades! Podrá ser una
decisión algo complicada en temas santos optar por uno o el otro pero al
momento de oprimir el disparador lo mejor es que nuestro visor y nuestro ojo
decidan que elemento llevará la mayor proporción.
¿Otro tip? En la foto el tres es el número mágico. Tres elementos siempre serán más armoniosos que dos o cuatro.
Sabios y sabiondos han dictaminado que los seres humanos
poseemos un instinto criminal y de corte asesino en serie dentro. Pues bueno, a
veces al tomar fotografías sublima el carnicero que llevamos dentro y cortamos
sujetos por sus coyunturas o sea dobleces naturales del cuerpo como codos,
rodillas, cuello, abertura de la boca, tobillos, etc. ¿Qué dice la regla de los cortes? No lo
hagas, límitate a guardar tus impulsos y antes de hacer la fotografía observa
bien quien puede resultar con retratado con muñones. Evita errores como éste:
Y se feliz.